Los creyentes podemos haber avanzado en muchos programas y procesos que son de Dios, pero podríamos terminar con una “baja calificación” del Señor.
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Read MoreNo existirá nunca una “Iglesia virtual”. La Iglesia es real, vivimos una “koinonía” muy limitada pero nada ha podido ni podrá reemplazar, o amenazar la existencia de la comunión espiritual de los verdaderos creyentes.
El “Principio de Dolores” ha comenzado y Dios quiere ver a su pueblo, aunque golpeado y debilitado por los acontecimientos del mundo, pero lleno de energías espirituales, de dones en acción y rendimiento, de conquista de almas, porque el conteo regresivo para esta tierra ha comenzado y “la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
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Pidamos sensibilidad y discernimiento acerca del estilo de celebración que tendremos a fin de año. No era un mero juego de palabras lo que Jesús advirtió a los creyentes: “… tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber…”
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Dios estará listo para transformar a todo aquel que quiera responder al llamado de la Gran Comisión. Entendamos que no es una opción, más bien una evidencia de nuestra salvación, es un mandato ineludible.
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El “caldo de cultivo” de todo servicio o ministerio en la Iglesia es la comunión de los creyentes, o koinonía. También lo es las actividades en las que Dios se encuentra interesado en manifestarse a su pueblo, allí es donde se dan las interacciones que producen el crecimiento o maduración individual. Todo desarrollo ministerial sólo se verificará dentro del “cuerpo de Cristo”, la Iglesia.
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